La natación es una de las habilidades más valiosas que un niño puede aprender. Esto porque no solo es una actividad recreativa, sino que también es una medida de seguridad esencial.
Si estás considerando inscribir a tu hijo en clases de natación, en este artículo te explicamos por qué aprender a nadar desde pequeño es tan importante.
Seguramente te has preguntado cuál es el momento ideal para que tu hijo aprenda a nadar. La realidad es que no hay una única respuesta, pero cuanto antes empiece, mejor.
Los bebés pueden comenzar a familiarizarse con el agua desde los tres meses. A esta edad, todavía conservan el reflejo de apnea, que les permite contener la respiración de manera natural al sumergirse. Además, los bebés obtienen múltiples beneficios de esta práctica a esta edad.
Por otro lado, entre los tres y cinco años, los niños desarrollan mejor su coordinación y control corporal, por lo que es en esta etapa que comienzan realmente a nadar.
A partir de esta edad, los pequeños pueden empezar a flotar, moverse en el agua y ganar confianza en sí mismos.
Además, existen instructores especializados que enseñan técnicas para que los niños respondan de forma segura en situaciones inesperadas en el agua.
Más allá de la seguridad, la natación infantil tiene muchísimos beneficios. Aquí te compartimos algunos de los más importantes:
El beneficio más obvio, pero también el más importante. Aprender a nadar desde pequeños ayuda a reducir el riesgo de accidentes en piscinas, playas y otros entornos acuáticos. Los niños que saben nadar tienen más herramientas para mantenerse a salvo si llegan a caer al agua.
La natación es una actividad que involucra todos los grupos musculares. Los niños fortalecen su sistema cardiovascular, mejoran la coordinación, aumentan su resistencia y desarrollan habilidades motoras esenciales.
Los ejercicios en el agua mejoran la capacidad pulmonar y refuerzan el sistema inmunológico. Además, nadar ayuda a prevenir problemas posturales y favorece un desarrollo físico equilibrado.
Superar el miedo al agua y aprender a nadar refuerza la confianza en sí mismos. Los niños se sienten más seguros y autónomos, lo que impacta positivamente en su autoestima.
La natación infantil no solo fortalece el cuerpo, sino también la mente. Se ha demostrado que los niños que practican natación desarrollan mejores habilidades cognitivas, como la memoria y la concentración.
Si ya estás convencido de inscribir a tu hijo en clases de natación, es importante elegir la mejor opción. Aquí algunos consejos para hacerlo:
Como lo revisamos, la natación es una habilidad esencial que le dará seguridad y múltiples beneficios a tu hijo. No esperes más y anímate a inscribirlo en alguna de nuestras siete sucursales de la Ciudad de México.
En Club Cañada:
Contáctanos hoy mismo y te regalamos una clase gratuita de prueba. Te esperamos en tu sucursal más cercana.