Si practicas natación o sueles pasar tiempo en la piscina o en el mar, seguramente se te habrá metido agua a los oídos al menos una vez. Es muy común y aunque no suele ser peligroso, debes sacarla para evitar problemas de salud. En este artículo te decimos cómo sacar el agua de los oídos de forma fácil y sin hacerte daño.
Cuando nadamos, el agua suele quedarse atrapada en el oído debido a la forma natural de nuestro canal auditivo.
Además, algunas personas tienen canales auditivos más estrechos o con curvas pronunciadas, lo que dificulta la salida del agua.
Por otro lado, la acumulación de cerumen también suele formar una barrera que atrapa el agua.
Cuando esto ocurre, puedes experimentar una sensación incómoda de bloqueo, como si algo estuviera atrapado en tu oído. Ésto, si no se soluciona a tiempo, puede generar problemas mayores, como una infección del oído o, en casos extremos, pérdida de audición temporal.
Detectar agua en los oídos es sencillo. Algunos de los síntomas más comunes son:
Si identificas alguno de estos síntomas, es momento de actuar.
Eliminar el agua atrapada en el oído puede ser sencillo si sigues estos consejos, pero es importante realizarlos con cuidado para evitar molestias o lesiones:
Inclina la cabeza hacia el lado afectado para que el agua pueda fluir hacia afuera gracias a la gravedad. Puedes dar pequeños brincos o sacudir la cabeza suavemente para acelerar el proceso. Si esto no funciona al primer intento, ten paciencia y repite el movimiento un par de veces.
Coloca la palma de tu mano sobre el oído afectado, presionando firmemente para crear un sello. Retira la mano de manera rápida pero suave, generando un pequeño vacío que puede ayudar a empujar el agua hacia afuera. Este método es efectivo si el agua está cerca de la entrada del canal auditivo.
Abre y cierra la boca como si estuvieras masticando o bosteza varias veces. Estos movimientos pueden ayudar a abrir las trompas de Eustaquio, permitiendo que el agua atrapada fluya con mayor facilidad. Si lo combinas con inclinar la cabeza, aumentarás las posibilidades de éxito.
Ajusta un secador de pelo a su nivel más bajo de calor y velocidad. Mantén el secador a una distancia de aproximadamente 30 cm del oído afectado y dirige el aire cálido hacia el canal auditivo. Este método funciona al evaporar lentamente el agua atrapada. Asegúrate de no acercar demasiado el secador para evitar quemaduras o molestias.
Usa una compresa de agua caliente o una bolsa térmica tibia. Colócala cerca del oído afectado durante cinco minutos. El calor ayuda a relajar los músculos y tejidos, promoviendo la salida del agua y disminuyendo cualquier molestia. Este método también es útil si sientes presión en el oído.
Aunque parecen una solución práctica, los bastoncillos de algodón pueden empujar el agua o el cerumen más profundamente en el canal auditivo, complicando el problema. Además, podrían causar pequeñas lesiones o irritaciones que aumenten el riesgo de infección.
Mezcla partes iguales de alcohol isopropílico y vinagre blanco. El alcohol ayuda a evaporar el agua, mientras que el vinagre actúa como un desinfectante suave.
Usa un gotero para aplicar dos o tres gotas de esta solución en el oído afectado. Espera unos segundos y luego inclina la cabeza para dejar que la mezcla y el agua fluyan hacia afuera.
Este método es seguro si no tienes perforaciones en el tímpano ni antecedentes de infecciones graves.
Con estas técnicas, puedes eliminar el agua en los oídos de manera rápida y segura. Sin embargo, si los síntomas persisten o si experimentas molestias significativas, consulta a un médico para evitar complicaciones mayores
La prevención es clave para evitar que el agua entre en los oídos. Algunos productos útiles son:
Si el agua en los oídos no sale después de intentar los métodos anteriores o si comienzas a experimentar dolor, secreciones o una pérdida de audición persistente, es importante acudir al médico. Estas señales podrían indicar:
Un otorrinolaringólogo podrá realizar una limpieza profesional o recetar un tratamiento adecuado.
La natación es un deporte maravilloso que combina diversión y beneficios para la salud, pero es fundamental practicarlo de manera segura para evitar molestias como el agua en los oídos.
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Con estas recomendaciones, podrás disfrutar de tus actividades acuáticas sin preocuparte por las molestias del agua atrapada en los oídos. ¡Cuida tus oídos y sigue nadando con tranquilidad! Te esperamos en alguna de nuestras siete sucursales de la Ciudad de México.